EP129 – El Arte de Construir Inercia: Teoría del Impulso Conductual
El impulso no es solo física; nos mantiene en movimiento o nos deja atascados. Subestimamos su poder para alcanzar nuestros objetivos. ¡Transformemos la motivación en acción! #advancedQualityPrograms #TheQualityGuy #momentum #change #personalgrowth
¿Quieres entender cómo hacer las cosas? Lao Tzu dijo: «El viaje de mil millas comienza con un solo paso.
La inercia es la fuerza que impulsa las cosas hacia adelante o las mantiene estáticas. No es solo un concepto de la física; también desempeña un papel importante en nuestra vida diaria. Sin embargo, a menudo subestimamos su poder y no lo utilizamos en todo su potencial.
Muchos de nosotros aspiramos a hacer cambios en nuestra vida personal y profesional que nos lleven a una mayor felicidad y satisfacción. Pero en realidad, el cambio es un desafío. Una vez que nos atrincheramos en nuestras costumbres, es difícil liberarse de los viejos hábitos. Caemos en rutinas que se resisten al cambio a menos que nos concentremos en alejarnos de ellas. A menudo creemos que la motivación es el único catalizador para el cambio.
La motivación explica por qué queremos cambiar. El impulso describe cómo hacemos que el cambio suceda.
Para mí, correr maratones es una estrategia que empleo para mantenerme saludable. Correr me proporciona el ejercicio que necesito, me ayuda a desarrollar resistencia y aumenta mi autoestima. Estar en la naturaleza, especialmente, rejuvenece mi espíritu. Compartir estas experiencias con amigos, familiares e incluso con mi perro, tener conversaciones profundas durante la fase de preparación, satisface mi necesidad de conexión y me mantiene enfocado en mi objetivo. Estas son algunas de las razones por las que me pongo los tenis de correr.
Pero no lo endulcemos: correr maratones es un desafío. Es agotador, requiere mucho tiempo y puede ser francamente intimidante para algunas personas. En esos días duros en los que hace frío y llueve, cuando me duele el cuerpo después de entrenar, cuando el clima es desfavorable o cuando simplemente no tengo ganas, mis motivaciones por sí solas no son suficientes para salir por la puerta y salir a la pista. Ahí es donde entra en juego el impulso. Comienza con la planificación de mi carrera, la preparación del equipo, el registro de los kilómetros de entrenamiento, todos esos pequeños pasos que me ponen en movimiento y refuerzan mi identidad como corredor. Y con cada carrera, ese impulso crece. Empiezo a verme cada vez más como un corredor de buena fe.
Teoría del Impulso Conductual (TMO)
¿Alguna vez has oído hablar de la Teoría del Impulso Conductual (TMO)? Esta es una estrategia para lograr que los niños cooperen en la realización de tareas, especialmente cuando no están interesados en seguir instrucciones. Comienzas con algunas tareas fáciles, como sentarte o comer un bocadillo, antes de pedirles que hagan algo más difícil, como la tarea o desarrollar un nuevo hábito como leer. Esta herramienta funciona como por arte de magia según algunos psicólogos.
Y adivina qué: no es solo para niños. Podemos aplicar los principios del TMO con adultos e incluso con nosotros mismos. Tomemos la depresión, por ejemplo. Puede hacer que evitemos cosas con las que tenemos que lidiar. Pero al centrarse en crear pequeñas victorias, los psicólogos ayudan a sus pacientes a utilizar estos momentos para recuperar el control de sus vidas. No empiezan con las grandes cosas; comienzan con levantarse de la cama, luego pasan a tomar un café, salir de la casa hasta que el paciente está fuera de la casa construyendo una nueva vida. Y así es como podemos generar un impulso hacia cambios más grandes.
Muchas personas fracasan en sus propósitos de Año Nuevo porque olvidan que estos no se basan en el panorama general. Comienzan con «Leeré 50 libros» cuando ni siquiera leen una página en promedio por día, o «Tendré abdominales marcados» cuando han tenido sobrepeso durante toda su vida adulta. Para lograr realmente esos objetivos, necesitan establecer un hábito o rutina que los impulse a lograr ese objetivo con el tiempo. Algo así como empezar leyendo 5 páginas seguidas o ir al gimnasio 2 veces por semana.
Volviendo a mi hábito de correr maratones, lo he estado haciendo durante muchos años, pero aun así, cada vez que empiezo el entrenamiento, necesito comenzar por tomar impulso, pasando de pequeñas carreras de 3 km a carreras de 10 km, construyendo con el tiempo la resistencia y la fuerza para co<rrer los 42 km en un día.»
Recuerda, siempre estamos cambiando, siempre evolucionando. Se trata de las decisiones que tomamos, momento a momento. La motivación no siempre es suficiente. Usa tus conocimientos de física para entenderlo. Recuerda la primera ley del movimiento, también conocida como la ley de la inercia, que establece que un objeto no cambiará su movimiento continuo o estado estático a menos que una fuerza actúe sobre él. Lo que Newton quiso decir es que un objeto en reposo permanecerá en reposo, y un objeto en movimiento continuará moviéndose a una velocidad y dirección constantes, a menos que una fuerza externa cambie su estado. No es solo física, también es psicología; Es la tendencia a resistirse a los cambios. Así que la próxima vez que te sientas atascado, recuerda primero que el deseo de liberarte de esa inercia es el primer paso. Ese es el impulso.
Y ahora podemos usar esta ley para generar impulso:
- CONOCE TU PORQUÉ: Averigua qué quieres hacer y por qué quieres cambiar. Esa es su motivación.
- DETECTA LOS PATRONES: Observa qué es lo que te mantiene atascado en las viejas costumbres, qué ha construido esa inercia (son estas ideas, necesidades, fuerzas físicas) y comienza a encontrar formas de cambiarlas. Busca los puntos débiles.
- EMPIEZA A ENFOCARTE EN CREAR VICTORIAS: Crea pequeñas victorias y celébralas aunque no parezcan estar relacionadas con tu objetivo. Esto te ayudará a crear impulso y cambiar tu identidad. Cada hito es un logro.
- CUENTA TU HISTORIA: Comparte tu viaje, aunque solo sea contigo mismo. Todo es parte de la aventura. Esto es ahora parte de tu nueva identidad.
Mark Twain: «La mejora continua es mejor que la perfección retrasada».