EP 217 – ESTA ANTIGUA SABIDURÍA TOLTECA REVOLUCIONARÁ TU CARRERA
¿Te sientes abrumado por el estrés y la duda que suelen acompañar al trabajo moderno? Es fácil culpar la carga laboral o a jefes exigentes por nuestras frustraciones. Pero quizá la verdadera causa esté en los acuerdos que hicimos con nosotros mismos en el pasado.
Hace poco, un colega describió mi manera de trabajar como “demasiado positivamente delirante”. Antes, un comentario así habría despertado resentimiento y defensividad. Esta vez, simplemente sonreí y seguí con la reunión. La diferencia no estuvo en los hechos, sino en los cambios que había hecho en mi propia forma de actuar.
Esta transformación comenzó con un marco sencillo de cuatro pasos, una adaptación contemporánea de la antigua sabiduría tolteca.
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Quiero empezar con dos frases del anuncio de Apple Think Different de 1997:
“Brindemos por los locos. Los inadaptados. Los rebeldes. Los que causan problemas… Mientras algunos los ven como locos, nosotros vemos genialidad. Porque las personas lo suficientemente locas como para pensar que pueden cambiar el mundo son las que lo logran.”
Episodios atrás exploramos el libro Los Cuatro Acuerdos de Miguel Ruiz, basado en la sabiduría ancestral de los toltecas. Esta obra ofrece una guía práctica para superar creencias limitantes que generan dolor. Durante años interpreté estos principios como consejos personales, pero cuando los apliqué a mi carrera —en correos, reuniones y en mi diálogo interno— el estrés y el conflicto comenzaron a desaparecer. ¿Por qué? Porque ayudan a encontrar una brújula interior para manejar lo que realmente importa.
Hoy retomaremos estos acuerdos como herramientas para enfrentar retos profesionales específicos, dándote poder para convertirte en el arquitecto de tu vida laboral en 2026.
Primer Acuerdo: Sé impecable con tus palabras
Este acuerdo nos invita a no usar el lenguaje como arma contra nosotros mismos ni contra otros. Ataca dos problemas clave: la auto-sabotaje y la toxicidad laboral.
La voz interna que susurra “no soy suficiente” alimenta el síndrome del impostor. El chisme y la crítica dura contaminan el ambiente de trabajo y afectan tu percepción personal.
La solución es la comunicación intencional. El acuerdo es ser reflexivo, no agresivo. En lugar de decir: “Soy tan tonto por no cumplir la fecha”, di: “Administré mal mi tiempo y puedo planear mejor.” La primera frase es un juicio duro; la segunda es una observación que abre la puerta a mejorar. Da retroalimentación constructiva en lugar de culpas y evita participar en chismes. Usar lenguaje ofensivo es como dejar que las malas hierbas crezcan en el jardín de tu mente.
Reto de una semana: Cada vez que surja un pensamiento negativo, reformúlalo. Sustituye “Eso está mal” por “Encuentra la forma. Hazlo mejor.” Este hábito fomenta una perspectiva más fortalecedora.
Segundo Acuerdo: No te tomes nada personalmente
Este acuerdo es un escudo contra la necesidad constante de validación. Si tu jefe envía un correo breve y seco, ¿piensas de inmediato que cometiste un error? Si un compañero recibe elogios por algo que tú también hiciste, ¿te molesta?
La realidad es que nada de lo que otros hacen se trata de ti. Sus acciones reflejan su propia realidad y retos. El colega que me llamó “demasiado positivamente delirante” estaba expresando sus valores y miedos, no criticando mi trabajo. Volviendo al Primer Acuerdo, él no fue impecable con sus palabras… ¿por qué habría de tomarlo personal? El correo seco de tu jefe refleja su estrés, no tu competencia.
Este principio no significa ignorar la retroalimentación, sino aprender a distinguir la información útil del ruido emocional. Al dejar de tomar las cosas personalmente, te elevas por encima del drama laboral y ganas perspectiva, y con ello libertad.
Prueba esto: Cuando te sientas afectado, respira y pregúntate: “¿Qué estará pasando en su mundo?” Esa pregunta crea un espacio entre su acción y tu reacción, ayudándote a recuperar tu poder.
Tercer Acuerdo: No hagas suposiciones
Este acuerdo evita malentendidos y sufrimiento derivados de la mala comunicación. Muchas veces creemos saber lo que quiere nuestro jefe o por qué un colega no responde, y construimos escenarios en nuestra mente.
El costo de suponer siempre es mayor que el de preguntar directamente. La solución es simple: deja de intentar leer la mente, ¡no lo sabes! En lugar de asumir que un compañero está molesto, pregunta: “¿Todo bien?” Si dudas sobre un proyecto, busca claridad: “Para asegurarme de estar en el camino correcto, ¿puedes darme un ejemplo?”
La comunicación clara puede requerir vulnerabilidad, pero es lo que construye confianza y reemplaza la ansiedad con certeza.
Reto de un día: Identifica una suposición que estés haciendo y cámbiala por una pregunta directa. El alivio será inmediato.
Cuarto Acuerdo: Haz siempre lo máximo que puedas
Este acuerdo es un remedio contra el perfeccionismo y el auto-juicio. Muchos creen que deben rendir al máximo todo el tiempo: “Tiene que ser perfecto.” Cuando no lo logran, aparece la culpa, la procrastinación o la autocrítica.
Reconoce que “tu máximo” cambia. Hacer lo mejor significa dar todo lo que puedas con la energía que tienes en ese momento. Tu esfuerzo del martes en la mañana puede ser distinto al del viernes en la tarde.
Este principio te libera del perfeccionismo al cambiar el enfoque de los resultados al esfuerzo. Si diste lo mejor de ti, no hay razón para arrepentimientos ni juicios. El resultado no está en tus manos; lo que sí está es el empeño que pusiste.
Al final de cada jornada, pregúntate: “¿Con mis circunstancias de hoy, di lo mejor de mí?” Si la respuesta es sí, suéltalo. Si no, decide mejorar mañana, sin castigarte.
Cómo los Cuatro Acuerdos pueden transformar tu carrera
- Sé impecable con tus palabras: termina con pensamientos de auto-sabotaje.
- No te tomes nada personalmente: construye resiliencia.
- No hagas suposiciones: trae claridad a tu vida.
- Haz siempre lo máximo que puedas: libérate del auto-juicio.
Este conjunto de herramientas te devuelve el control. Tu estrés no proviene de tu trabajo, sino de tus reacciones ante él. Al practicar estos acuerdos, eliges respuestas más sanas y una vida más tranquila en 2026.
No intentes dominar los cuatro acuerdos al mismo tiempo. Elige uno para enfocarte esta semana: no tomarte nada personalmente o hacer una pregunta aclaratoria. Si este mensaje te inspira, suscríbete para más ideas sobre cómo transformar tu trabajo desde dentro. El verdadero crecimiento profesional no se trata tanto de adquirir nuevas habilidades, sino de alcanzar mayor libertad.
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