EP164 – Think Again- Redefiniendo el Pensamiento
¿Quieres ser mejor resolviendo problemas y tomando decisiones? El libro «Think Again» de Adam Grant te muestra cómo.#AdvancedQualityPrograms #TheQualityGuy #ThinkAgain.
Este libro se enfoca en mejorar la flexibilidad mental y la capacidad de repensar, lo que puede mejorar nuestras habilidades de resolución de problemas y aumentar nuestras posibilidades de éxito y felicidad.
Muchas personas aceptan la información sin verificar las fuentes. A menudo defendemos obstinadamente nuestros puntos de vista y descartamos las ideas opuestas, aunque nuestros instintos iniciales sean defectuosos.
Incluso las verdades ampliamente aceptadas pueden estar equivocadas. Durante siglos, la gente creyó que la Tierra era plana hasta que la evidencia demostró lo contrario. En este libro, Adam Grant explica cómo los líderes de opinión realizan experimentos para descubrir cómo podemos repensar de manera más efectiva.
El conocimiento humano evoluciona constantemente. Lo que aceptamos como un hecho hoy puede ser refutado mañana. Por eso, debemos hacer del replanteamiento un hábito, agudizando nuestras perspectivas y actualizando nuestras creencias.
Es más fácil notar el pensamiento rígido en los demás que en nosotros mismos, por lo que debemos ser conscientes de dos sesgos psicológicos que perpetúan las perspectivas defectuosas:
Sesgo de confirmación: Vemos lo que esperamos ver.
Sesgo de deseabilidad: Vemos lo que queremos ver.
Estos sesgos conducen a un exceso de confianza. Para liberarnos, podemos asumir que podríamos estar equivocados y buscar activamente puntos de vista alternativos.
Según Grant, los emprendedores que utilizan un enfoque científico ganan más que los que no lo hacen porque actualizan con frecuencia sus predicciones, utilizando nueva información para refinarlas.
Para repensar de manera efectiva, el enfoque científico es mejor que el de un predicador, un fiscal o un político. Los científicos mantienen una mente abierta, tratando las opiniones como hipótesis a probar, buscando información contradictoria, comprometiéndose con diversas perspectivas y utilizando experimentos para refinar sus ideas.
Cuando las personas tienen suficiente conocimiento, a menudo sobreestiman sus habilidades. Pero la confianza no siempre es igual a la competencia; a esto se le llama el efecto Dunning-Kruger. Por otro lado, el síndrome del impostor puede hacer que las personas capaces duden de sus habilidades y, por lo tanto, tienden a ser más precisas al final.
Cuando nuestras creencias fundamentales o nuestra identidad son desafiadas, a menudo nos cerramos o nos ponemos a la defensiva, creando un pensamiento rígido. Por lo tanto, es mejor dejar de lado las creencias obsoletas. Aceptar los errores es una parte esencial del progreso. Cada respuesta incorrecta es un paso más cerca de la correcta. Fallar rápidamente nos ayuda a descubrir soluciones más rápido. El uso de datos contradictorios ayuda a crear nuevos conocimientos, y admitir nuestros errores nos ayuda a llegar más rápido a la solución correcta.
El conflicto no siempre es perjudicial. Los equipos de alto rendimiento a menudo encuentran un equilibrio entre un bajo conflicto de relaciones y un alto conflicto de tareas. El conflicto de tareas es profesional y surge de diferentes ideas o enfoques hacia una tarea específica, participando en un debate constructivo sin tomarlo como algo personal. Deberíamos enmarcar las disputas como discusiones colaborativas en lugar de desacuerdos para mostrar apertura a puntos de vista alternativos.
Un concepto interesante en el libro es la exclusión de la identidad, donde las personas deciden prematuramente sobre una identidad y se obligan a sí mismas a entrar en ese molde. Amar la lectura no significa que seamos buenos profesores de inglés, y amar la ciencia no significa que estemos destinados a ser científicos.
Después de explicar cómo repensar a nivel individual, el libro pasa al replanteamiento interpersonal, el arte de abrir la mente de otras personas. Al tratar los debates como discusiones colaborativas en lugar de batallas y dominar el arte de la persuasión, podemos inspirar un cambio significativo.
El libro explica cómo los negociadores expertos saben que la preparación es clave, dedicando al menos un tercio de su tiempo a identificar posibles puntos en común. Por el contrario, los negociadores promedio a menudo diluyen sus argumentos al descartar tantos puntos como sea posible, lo que debilita su impacto general. Mientras que los negociadores promedio se enfocan en atacar los puntos de los oponentes y defender los suyos propios, los negociadores expertos adoptan un enfoque diferente. Hacen preguntas abiertas, fomentando el diálogo en lugar de la confrontación. Este enfoque humaniza el proceso de negociación y fomenta un verdadero intercambio de ideas.
Esto nos lleva a pensar que la persuasión se parece menos a una batalla y más a una danza. Requiere sincronización, ajuste y cooperación. Fomentar las interacciones intergrupales también ayuda. Cuando las personas se reúnen y colaboran a través de las divisiones, a menudo descubren cuánto tienen en común, debilitando las diferencias y prejuicios imaginarios.
Cuando nos resistimos a las ideas, a menudo es porque nos sentimos presionados a cambiar, no porque no estemos de acuerdo. Cuanto más presionamos, más nos resistimos. Al mostrar curiosidad genuina, bajamos las defensas y abrimos la puerta a la autorreflexión. Resumir nuestras razones para el cambio y explorar juntos los posibles pasos, ofreciendo orientación solo cuando se nos invite.
Los grandes oyentes no son pasivos. Practican la escucha influyente, haciendo preguntas perspicaces y respondiendo de manera reflexiva. Tratar de aumentar nuestra proporción de preguntas a afirmaciones, dando a las personas el espacio para pensar, reflexionar y decidir por sí mismas.
En lugar de imponer nuestros puntos de vista u ofrecer consejos no solicitados, permite que otros descubran sus propias soluciones. Esto crea propiedad y allana el camino para un cambio significativo y duradero.
En las organizaciones, dos ingredientes clave fomentan una cultura de aprendizaje: la seguridad psicológica y la responsabilidad. Estos permiten a las personas asumir riesgos, desafiar el statu quo y admitir errores sin temor a ser castigados, lo que garantiza que los equipos evalúen las opciones de manera crítica y hablen cuando una decisión parezca defectuosa.
A nivel individual, interpersonal y comunitario, el replanteamiento abre puertas al crecimiento y la innovación. Como explica Adam Grant en «Think Again», no se trata de abandonar nuestras creencias, sino de estar abiertos a revisarlas a medida que surgen nuevas pruebas.
En última instancia, este libro refuerza las filosofías de calidad al alinearse con el método científico y el ciclo de Deming. Ambos enfatizan la mejora continua a través del aprendizaje de los errores. Al reconocer los errores y utilizarlos como oportunidades de crecimiento, podemos esforzarnos por una filosofía de cero defectos. Este libro sirve como un valioso recordatorio para desafiar nuestros prejuicios y usar los fracasos como peldaños hacia el éxito.