EP145 – Benchmark Tu Camino Hacia Un Mejor Negocio

Es posible que hayas experimentado el benchmarking en el trabajo. Implica medir dimensiones como la calidad, el tiempo y el costo. #AdvancedQualityPrograms #TheQualityGuy #Benchmarking

¿Quieres mejorar con la competición? Como dijo Sun Tzu: «Si conoces al enemigo y te conoces a ti mismo, no tienes por qué temer el resultado de cien batallas.»

Coca-Cola y Pepsi, Apple y Microsoft, Xbox y PlayStation… El benchmarking es la práctica de comparar los procesos de negocio y las métricas de rendimiento con las mejores prácticas de la competencia. Usualmente, implica medir dimensiones como la calidad, el tiempo y el costo.

El benchmarking ayuda a medir el rendimiento utilizando indicadores específicos como el costo por unidad, la productividad, el tiempo de ciclo o los defectos. Estos indicadores resultan en métricas de rendimiento que se pueden comparar con otras.

Este método, también conocido como «investigación de mejores prácticas» o «benchmarking de procesos», se utiliza en la administración de procesos para evaluar diversos aspectos de los procesos en relación con la eficiencia de las empresas con mejores prácticas. Esta comparación permite a las organizaciones desarrollar planes de mejora o adaptar mejores prácticas específicas, con el objetivo de aumentar el rendimiento. Aunque el benchmarking puede ser un evento único, a menudo se trata como un proceso continuo en el que las organizaciones buscan mejorar constantemente sus prácticas. En la administración de proyectos, el benchmarking apoya la selección, planificación y entrega de proyectos.

En la evaluación de mejores prácticas, la dirección identifica a las mejores empresas de su sector o de otro sector con procesos similares. Luego, comparan sus resultados y procesos con los de estas empresas.

El benchmarking es un ciclo continuo de comparación del rendimiento de tu empresa con el de los competidores y los líderes de la industria. No se trata solo de ser el mejor en tu industria, sino también de aprender de empresas reconocidas por su excelente calidad, innovación y rendimiento, independientemente de su dominio comercial. El benchmarking responde a tres preguntas clave: ¿Dónde estoy? ¿Dónde quiero estar? ¿Cómo llego?

Es posible que hayas experimentado el benchmarking en el trabajo. Por ejemplo, las empresas a menudo miden el rendimiento de sus fábricas en comparación con sus competidores. Esto se conoce como benchmarking operativo, que también abarca la administración de la calidad. Estas prácticas se centran más en la funcionalidad que en la estrategia a largo plazo, pero aún requieren el apoyo de los directivos de todos los niveles.

El benchmarking es una valiosa oportunidad de aprendizaje para mejorar tus procesos internos. Al comprender cómo otros hacen negocios y adoptar sus mejores prácticas, puedes mejorar significativamente tus propias operaciones. Los pasos para el benchmarking son sencillos. Primero, recopila información sobre tu propio desempeño. Establece métricas significativas y mide la calidad de tus productos, servicios y procesos. Una vez que comprendas tu propio rendimiento de calidad, utiliza estas mismas métricas para medir las mejores empresas de su clase. Las revistas comerciales a menudo presentan empresas de alta calidad, y muchas de estas empresas comparten sus prácticas en conferencias de la industria.

El siguiente paso en el benchmarking es comparar las mediciones de rendimiento. Decide cuál es tu posición en comparación con el rendimiento de calidad de otras empresas. Recuerda que la mejor empresa de su clase para cualquier métrica que hayas elegido podrías ser tú.

Ya seas el mejor de tu clase en una categoría o aspires a mejorar en otra, el benchmarking te ayuda a determinar cómo mantener tu clasificación superior o cerrar la brecha con los mejores. Esto constituye la base de futuros proyectos y es uno de los principales beneficios del benchmarking de la calidad. Puede guiar el programa de calidad de tu empresa en los años venideros. Para mantenerte por delante de tu competencia, este debe ser un esfuerzo de mejora continua. Examina algunos de tus proyectos actuales de mejora de la calidad. ¿Los objetivos están destinados a cerrar la brecha con tu competencia? De lo contrario, el benchmarking puede ayudar a dirigir tu programa de calidad en la dirección correcta.

El benchmarking implica comparar un producto o proceso sobresaliente con los estándares típicos, lo que ayuda a los equipos a establecer objetivos y encontrar nuevas formas de lograr los resultados deseados. Hay cuatro tipos principales de benchmarking: Interno, Competitivo, Funcional Y Genérico. EL BENCHMARKING INTERNO analiza las prácticas actuales dentro de la empresa para mejorar las funciones y los procesos. Por ejemplo, una empresa con varios centros de distribución puede comparar el rendimiento de las operaciones dentro de cada centro para identificar oportunidades de mejora. EL BENCHMARKING COMPETITIVO compara una empresa con otra con productos o servicios similares, no para replicar, sino para reconocer ideas innovadoras que interesan a los clientes. EL BENCHMARKING FUNCIONAL aprende de las mejores prácticas de otras organizaciones o industrias. Por ejemplo, una aerolínea podría comparar su servicio al cliente con el de un hotel y spa de lujo. EL BENCHMARKING GENÉRICO tiene en cuenta las mejores prácticas de su clase en cualquier organización. Por ejemplo, un hospital podría comparar el tiempo que tarda un paciente en ser registrado y atendido por un médico. Este tiempo se convierte entonces en un nuevo estándar potencial de la industria al que aspirar.

Utiliza el benchmarking para medir continuamente las prácticas actuales con respecto a los mejores estándares de su clase y desarrollar mejoras continuas. Esto fomenta una organización de clase mundial.

«Mi mayor competencia soy yo misma» – Serena Williams