EP143 – Superando la Falacia del Jugador: Enfocándonos en lo Esencial
¡Supera la falacia del jugador! No dejes que lo incontrolable gobierne tu vida. Aprovecha el poder de la probabilidad.
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“¿Quieres vencer a la falacia del jugador? Como dijo Ayrton Senna: ‘Cuando no eres feliz, tienes que ser fuerte para cambiar, resistiendo la tentación de dar marcha atrás. Los débiles no van a ninguna parte’”.
La ley de los promedios es la creencia de que un evento específico sucederá a una velocidad similar a su probabilidad a lo largo del tiempo. Esto puede verse más como una observación práctica y un malentendido de la probabilidad, que como una ley real, dependiendo del contexto. Por ejemplo, si una moneda cae águila tres veces seguidas, algunos podrían creer erróneamente que el próximo lanzamiento es casi seguro que será sol. Pero en realidad, cada volado es independiente de la anterior. Esto se conoce como la falacia del jugador.
En situaciones cotidianas, esta idea a menudo refleja más una ilusión y una mal interpretación de la estadística que de cualquier principio matemático. Si bien existe una fórmula en la que un evento aleatorio reflejará su probabilidad inherente a lo largo de un gran número de pruebas, la ley de los promedios asume erróneamente que es necesario algún tipo de «equilibrio». La mayoría de las aplicaciones de esta idea asumen incorrectamente que no hay sesgo en la distribución de probabilidad, lo que a menudo contradice lo que sucede en la vida real.
La falacia del jugador es un mal uso común de la ley de los promedios. Los jugadores que creen que es más probable que ocurra un evento porque no ha sucedido recientemente, o es menos probable que suceda porque acaba de ocurrir, están siendo presa de la falacia del jugador.
Por ejemplo, imagina que un juego de ruleta cae en rojo tres veces seguidas. Un jugador podría pensar erróneamente que la ley de los promedios predice que es casi seguro que el próximo giro caiga en negro para hallar cierto equilibrio. Sin embargo, la ruleta no «recuerda» los resultados pasados, por lo que la probabilidad de que caiga negro sigue siendo la misma que en tiros anteriores, no más del 48,6%, porque es independiente de las apuestas anteriores. Esa es la razón por la que ninguna fórmula estadística puede predecir que los números de lotería que aparecerán pronto con base a la historia.
Aplicando este principio a nuestras vidas y desarrollo profesional, tendemos a creer que, en promedio, nuestros resultados se equilibrarán con el tiempo cuando cometamos un error. En lugar de trabajar para resolver el origen del error, esperamos que desaparezca con el tiempo. En lugar de centrarnos en lo que podemos controlar, que es comprender el error y crear soluciones, nos centramos en las cosas que parecen más grandes pero que están fuera de nuestro control. Este enfoque, sin embargo, pocas veces tendrá algún impacto significativo en nuestros resultados. Por lo tanto, es mejor hacerse cargo de lo que está a nuestro alcance y liberar nuestros esfuerzos de lo que está fuera de nuestro alcance. Dejándose de la idea del promedio y haciendo uso de la esencia del Modelo de los Tres Círculos de Influencia.
Cada día, nuestra mente genera entre 12.000 y 60.000 pensamientos. Sorprendentemente, según la National Science Foundation (NSF), el 80% de estos pensamientos son poco prácticos y, por esa razón, perjudiciales para nuestros mejores intereses. Pero, ¿a qué podemos atribuir esta situación? La respuesta está en nuestra tendencia a preocuparnos por cosas que no podemos controlar y dejarnos llevar por el camino fácil de la media.
Este es un hábito que la mayoría de nosotros hemos desarrollado: preocuparnos innecesariamente por cosas que están fuera de nuestro control, como las tendencias del mercado que afectan nuestras ventas o las noticias mundiales que afectan a nuestro día a día. Esto conduce a un pensamiento excesivo innecesario en cosas fuera de nuestro control, lo que resulta en una mayor ansiedad y una disminución de la productividad con el pretexto de centrarse en el ‘panorama general’. Sin embargo, en última instancia, sabemos que esto no tendrá ningún impacto real en nuestros resultados diarios. Hay una manera de combatir esta situación, y es enfocándonos en los Tres Círculos de Influencia. Este modelo nos ayuda a entender lo que está bajo nuestro control.
El modelo se divide en tres áreas fundamentales:
El Círculo de Preocupación: Este círculo abarca factores que están completamente fuera de tu control. Por ejemplo, el clima, las noticias y el pasado son cosas que no puedes cambiar. El mejor curso de acción es dejar ir cualquier cosa en este círculo, ya que no te servirá a obtener resultados palpables.
El círculo de influencia: Este círculo contiene factores en los que puedes influir. Tus amigos, tu familia y tu reputación entran en esta categoría. Debes centrar tus esfuerzos en estos factores, ya que puedes ser el que más influya enfocándote en consolidar el siguiente circulo.
El círculo de control: Este círculo incluye factores que están completamente bajo tu control. Tus pensamientos, tus acciones y tus reacciones, todas estas son cosas que puedes controlar directamente. Por lo tanto, debes dedicar tu energía y tiempo a mejorar estos aspectos. Al lograrlo automáticamente incrementas tus posibilidades de mejorar tu circulo de influencia y viceversa.
La vida es demasiado corta para preocuparse por cosas que están fuera de nuestro control. Al estudiar y aplicar este modelo, puedes tranquilizar tu mente y llevar una vida más productiva y satisfactoria.
«Si ya no vas por un hueco que existe, ya no eres un piloto de carreras.» ~ Ayrton Senna