EP137 – Encontrando un Verdadero Amigo – Parte 1

Encontrar un verdadero amigo no se trata solo de conexión; se trata de encontrar a alguien que encarne lo que realmente necesitamos, especialmente en tiempos difíciles. #AdvancedQualityPrograms #TheQualityGuy #Friendship

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Encontrar un verdadero amigo no se trata solo de una conexión intelectual, como bien dijo Friedrich Nietzsche: «No es la falta de amor, sino la falta de amistad lo que hace que los matrimonios sean infelices».

Lo primero es lo primero: la simpatía y la lástima no son lo que necesitamos en una amistad. Si bien las amistades a veces pueden implicar sentir lástima por los demás, lo que realmente importa es la empatía, la capacidad de comprender realmente los sentimientos del otro. Lo ideal es que nuestra pareja o confidente más cercano sea empático, con la capacidad de entendernos y apoyarnos exactamente cuándo más lo necesitamos.

Permítanme compartirles una historia. Hubo un tiempo en el que me encontraba emocionalmente desafiado, al borde del colapso después de dejar mi trabajo y terminar una larga relación. ¿Saben quiénes estuvieron ahí para mí? Mis padres, por supuesto. Pero lo interesante de su apoyo fue que no se conmovieron con mi desdicha. En cambio, hicieron algo extraordinario: Me recordaron cuál consideraba mi camino al éxito para mí y me ofrecieron su apoyo incondicional. Me ayudaron a levantarme y me pintaron una imagen de tranquilidad y fortaleza. Ese es el tipo de amigos que todos necesitamos.

En la depresión, no buscamos compañía en la desesperanza. Anhelamos la presencia de alguien firme, que nos brinde apoyo y nos guíe para superar los obstáculos. Necesitamos a alguien que crea en nosotros, que vea a la persona en la que anhelamos convertirnos y nos ayude a reconstruir nuestra confianza.

Ciertamente, ser este tipo de amigo no es tarea fácil. Es natural sentir compasión por alguien que está sufriendo. Sin embargo, la verdadera amistad reside en ser fuerte cuando la otra persona flaquea. Significa estar presente para levantarla, incluso en sus momentos más oscuros.

Abordemos ahora los aspectos prácticos. Dirigir un negocio te enseña mucho sobre las personas, más de lo que cualquier aula en la escuela podría hacerlo. Si bien la educación formal tiene su valor, no siempre te prepara para la realidad del mundo y una verdad fundamental para navegar los desafíos es entender que todos somos humanos.

Todos tenemos defectos, esperanzas y sueños. No somos perfectos, y las diferencias que nos distinguen unos de otros son parte de nuestra esencia humana. Un ejemplo de alguien que enfrentó este desafío fue Steve Jobs, una mente brillante con un gran conocimiento en ventas pero con menos experiencia en el comportamiento humano. Tuvo que aprender a base de golpes duros, siendo expulsado de su propia empresa y aprendiendo de la gente de Pixar lo que significa trabajar con personas creativas. Las personas no siempre somos racionales; a veces, hacemos cosas que no tienen un sentido lógico aparente, simplemente porque nos parecen correctas o porque disfrutamos haciéndolas.

Aquí reside la importancia de la influencia de la amistad. Las empresas se sustentan en las personas, y estas, a su vez, se ven influenciadas por una variedad de factores: emociones, prejuicios y deseos. Al comprender el «por qué» detrás de las acciones de las personas, obtenemos el poder de conectar con ellas a un nivel más profundo, influir en sus decisiones y, en última instancia, alcanzar el éxito en los negocios.

Por lo tanto, las relaciones y los apegos emocionales son fundamentales, ya que nos definen como seres humanos. Y al final, ¿no es eso lo que realmente importa? Conectar con los demás, comprenderlos y construir relaciones significativas. Ese es el verdadero secreto del éxito, tanto en el ámbito empresarial como en la vida personal.

CONECTANDO A UN NIVEL REAL

No haríamos nada si no creyéramos que nos ayuda a alcanzar nuestras metas. Aquellos en los que menos confiamos son aquellos cuyas intenciones no podemos discernir. Mostrar vulnerabilidad en este caso puede ser estratégico, y la razón es que cuando me muestro vulnerable y transparente, estoy mostrando mi lado humano. La confianza se construye cuando podemos entender las motivaciones e intenciones del otro. La gente quiere conectar con la persona con la que está hablando.

Cuando no entendemos las intenciones de alguien, nos genera desconfianza. Sentimos que están tratando de manipularnos, y eso nos hace sentir incómodos. Pero cuando entendemos por qué alguien hace algo, la situación cambia. Entonces, podemos decidir si queremos aceptar la acción o rechazarla. La falta de conocimiento nos hace resistirnos a ser inspirados por los demás, mientras que la comprensión nos lleva a la cooperación.

Aceptar que estamos tratando con humanos cambia las cosas. La gente responde mejor cuando eres claro y honesto. Reflejan tu honestidad. Así es como se construye el trabajo en equipo y la confianza. Contar en tu equipo con personas con las que puedas relacionarte tiene mucho sentido.

Los seres humanos somos criaturas sociales por naturaleza: necesitamos conectar unos con otros. El aislamiento duele emocionalmente porque, antropológicamente, significaba peligro. En la cadena alimentaria, estar aislado implicaba ser vulnerable a los depredadores. Por eso, como animales sociales, estamos programados para establecer vínculos con otros para sobrevivir. No importa cuánto lo neguemos o cómo las empresas intenten mantener una atmósfera formal, nuestra naturaleza humana siempre se impone.

Olvídate de la falsa profesionalidad fría. En las reuniones de negocios, sé lo más humano posible. Sé honesto acerca de tu historia e intenciones. La autenticidad genera empatía entre tu equipo y tus clientes. Se trata de conectar a nivel humano, no de manipular.

Al principio, puede sentirse extraño ser abierto y correr el riesgo al rechazo. Pero créeme, vale la pena. La gente responde a la honestidad. Una vez más, se trata de ser humano.

¿QUÉ HACE QUE UNA AMISTAD SEA BUENA?

A menudo evitamos admitir lo que realmente buscamos en las amistades. Cuando comenzamos a construir relaciones sólidas, podemos dar respuestas genéricas como «Quiero ser feliz». Pero la vaguedad no construye conexiones sólidas. Piénsalo de esta manera: pasar tiempo con la familia puede ser importante para ti, pero es posible que no siempre se alinee con tus objetivos, especialmente si estás iniciando un negocio o persiguiendo una nueva carrera. Un buen amigo, sin embargo, puede ayudarte a encontrar ese equilibrio. Porque en los negocios, alcanzar tus metas no siempre se logra solo, y necesitas a alguien que te comprenda, recuerde la importancia de la familia en tus metas y te recuerde lo que es importante.

Lo ideal es que un verdadero amigo sea partícipe de tu motivación. Te desafía, te inspira y te ayuda a sentir una renovada sensación de logro y vitalidad porque comparte muchas metas contigo. Tu familia, por ejemplo, ve tu entusiasmo y te apoya en tus esfuerzos, tal vez porque son tus amigos más íntimos.

Pero un buen amigo no solo te dice lo que quieres escuchar. Te desafía a crecer y a ser la mejor versión de ti mismo. Por ejemplo, es posible que te ayude a darte cuenta de que no tienes que esperar el momento perfecto para tomar decisiones saludables. Un buen amigo te ayuda a encontrar maneras de influirte de manera positiva, poniéndolos a ambos en La Dirección Correcta.

ENCONTRAR TU NÚCLEO

Pero la amistad comienza contigo. Una vez que sabes lo que realmente te importa, tu misión, tu meta principal, aquello con lo que estás obsesionado, puedes ser intencional al fomentar tus relaciones. Los verdaderos amigos no solo aceptan tus metas, sino que también son partícipes de ellas. Si tus metas son diferentes a las de ellos, te complementan y te apoyan de todas maneras. Pero todo inicia desde ti.

Helen Keller: «Caminar con un amigo en la oscuridad es mejor que caminar solo en la luz».